Tú allá, que te encuentras mermando el horizonte,
Tú, frágil dama, que escarbas con las uñas tu cabeza pensante.
Tú allá, tan lejos… Ahogando el clamor en atardeceres grises,
Desenfocas la vista y las marchitas en soledad.
Tú allá, tan ligera… Bebiendo de los mares los restos inhumanos
De lágrimas pasadas…
Tú allá, que caminas sin rumbo, que absorbes realidades tan distintas
Como todo lo que has de hallar.
G.S.
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